Fran Martínez nos envía este hermoso y colorido reportaje de
El Lavadero de La Corneta y nos explica su significado:
Va dedicada esta obra a todas aquellas mujeres y niñas que
en este lugar, desgastando sus manos, desempeñaron la labor callada, humilde e
imprescindible de lavanderas.
Una elegante placa conmemorativa recibe al visitante, arropada de los siete colores del arcoíris, representando siete virtudes que aquellas virtuosas mujeres de entonces reflejaban en las cristalinas aguas de este paraíso terrenal.
Con el más profundo agradecimiento y cariño me he permitido componer este humilde poema que os invito a leer pausadamente, con el acompañamiento de La eterna melodía del agua:
Puede activar este video para oír la música mientras lee el poema.
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A Las
Lavanderas
Benditas sean las
aguas
que brotan en este
suelo,
tan frescas en el
verano,
templadas en el
invierno.
Benditas sean las
manos
creadoras de este
templo
para refrescar la
vida
a las gentes de este
pueblo.
¡Cuántas mujeres y
niñas
ha visto este
lavadero!
¡Cuánta ilusión y
armonía
en este lugar de
encuentro!
Aquí se charla y se
ríe,
aquí se detiene el
tiempo,
aquí se escuchan
noticias
remojando y
retorciendo:
Los pantalones de
pana,
los pañales del
pequeño,
los manteles de la
fiesta,
colchas y mantones
negros.
El polvo que da la
siega,
la trilla y el
acarreo,
los sudores y fatigas
del camino
polvoriento.
Las camisas de la
boda,
los pañuelos del
entierro,
mezclan en el agua
clara
alegrías y lamentos.
Las medias de seda
fina,
el chaleco del
abuelo,
los trapitos de la
niña
que una moza ya se ha
hecho.
Una señora encorvada
restriega y frota en
silencio
las miserias de un
anciano
que han ensuciado su
lecho.
Manchas de dolor y
sangre,
testigos de un
nacimiento,
nueva luz y nueva
vida
de un futuro tan
incierto.
Se oye el batir de la
ropa,
rumor del agua y el
viento,
Corneta de olor
profundo
de lavanda y del
romero.
Y en lo alto en la
pradera
banderas ondean al
viento,
sábanas de lino
blancas
dibujan de plata el
cielo.
El trofeo de la
batalla,
recogido en un
barreño,
lleva la Reina a los
suyos
amor, bondad y
respeto.
Benditas sean por
siempre
Las mujeres de aquel
tiempo
que conquistaron el
mundo
con su cariño y
ejemplo.
Fran Martínez Álvarez – Ferreras de Cepeda – Verano del 2025
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